sábado, 26 de enero de 2019

CASTRACIÓN Y ESTERILIZACIÓN 

Cachorros durante un juego de lucha para establecer su jerarquía.
La esterilización es un proceso quirúrgico, que consiste normalmente en la extirpación de los testículos en los machos y los ovarios (o el útero o los ovarios y el útero) en las hembras y que se hace para eliminar la capacidad de reproducirse y reducir el deseo sexual de los perros. Debido a la sobrepoblación de perros en algunos países, las asociaciones de control de los animales aconsejan esterilizar los perros que no se piense utilizar para criar, de manera que no tengan cachorros no deseados.​
La esterilización tiene otros beneficios aparte de eliminar la capacidad de procrear. Reduce los problemas causados por la hipersexualidad en los machos,​ al tiempo que impide el desarrollo de hiperplasia prostática. Las hembras esterilizadas tienen menos probabilidades de desarrollar ciertos tipos de cáncer, que afectan a las glándulas mamarias, los ovarios y otros órganos reproductores.​ Por otra parte, prácticamente se elimina la posibilidad de que las hembras desarrollen piómetra, una enfermedad degenerativa del útero, que puede llegar a ser mortal si no se trata adecuadamente.
También puede tener efectos médicos no deseados. Aumenta el riesgo de incontinencia urinaria en las hembras​ así como de osteosarcoma, hemangiosarcoma, rotura del ligamento cruzado, obesidad y diabetes mellitus en ambos sexos.​ Los cambios hormonales que implica la esterilización tienen una probabilidad de cambiar en cierta medida la personalidad y el metabolismo del animal. Estudios recientes demuestran que los perros esterilizados en general son más agresivos hacia los humanos y otros perros y más miedosos y sensibles al tacto que los perros que no han sido esterilizados,​ aunque los efectos varían de un perro a otro. La esterilización de animales muy jóvenes puede causar más problemas de salud más adelante en la vida para ambos sexos.

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