sábado, 26 de enero de 2019

POR QUE LOS PEROS ODIAN A LOS GATOS: MITO O VERDAD

El instinto del perro le obliga a salir corriendo detrás del gato y el instinto del gato hace que este huya.
‘Como el perro y el gato’. Esta expresión de nuestro castellano la empleamos cuando dos personas no se llevan bien o se pelean continuamente. Las diferencias entre perros y gatos han arraigado tanto como las que puede haber entre el gato Silvestre y el pájaro Piolín o entre las familias Capuleto y Montesco.
La razón es simple: los perros y los gatos no se entienden. Mientras un perro mueve la cola porque está contento, el gato lo hará porque está irritado y no quiere que le molesten. Mientras un gato arquea el lomo para que lo acaricien, el perro lo hace en señal de ataque o defensa.
¿Por qué los perros persiguen a los gatos?
Los perros no odian a los gatos. Es tan sencillo como que responden a su instinto. Los perros también son cazadores solo que es más fácil que se encuentren con un gato a que lo hagan con otro animal. El instinto del perro le obliga a salir corriendo detrás del gato y el instinto del gato le hace huir.

El perro persigue al gato, pero es éste es el que suele salir victorioso. Los gatos son más hábiles e inteligentes y pueden deshacerse de su perseguidor con un par de zarpazos. Hay gatos que hasta se pelean con osos y ¡logran espantarlos!

Los perros que han aprendido a convivir con gatos y viceversa han perdido ese instinto de caza. Al final, de pasar tanto tiempo juntos, se acaban entendiendo. No hay nada mejor que dejar a dos personas que se odian juntas en una habitación durante un rato para que arreglen sus diferencias. No esperes que tu gato y tu perro se sienten a hablar pero poco a poco se irán cogiendo cariño.

Personalidades opuestas
Los perros se caracterizan por ser más sociables, obedientes y leales, los gatos son animales más independientes, territoriales y solitarios. Esta naturaleza no significa que no puedan vivir en paz y armonía. De hecho pueden llevarse muy bien pero necesitan una adaptación. Al principio no pueden estar solos en la misma habitación pero sí puedes dar a uno prendas del otro para que se vayan conociendo por el olor. Poco a poco se irán adaptando y se convertirán en grandes amigos.

Si tienes un gato y quieres meter un perro en casa o al revés, que la diferencia de personalidades no te haga prescindir del otro. Aunque lleve tiempo y algún ladrido y arañazo de más, se adaptarán a vivir juntos y cuando te pregunten si el perro odia al gato podrás decir que eso, eso es un cuento chino.

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